Cuándo se está en un proceso de recuperación o curación, con decisión propia y constancia, debemos saber qué en este no todo es fácil ni rápido, sino todo lo contrario, tendremos de todo emocionalmente hablando e incluso a nivel físico, parecerá qué se tienen recaídas pero nada más lejos de la realidad (en un tanto por ciento elevado, sí se obra adecuadamente y cómo lo dicho, no dejar de consultarlo con el especialista qué les lleve, cada caso es único y la forma de sanar en diferentes casos, distinta, por lo que no debo generalizar, pero sí dar unos margenes de consejos), es parte de dicho proceso, son brotes qué recuerdan que aún hay mucho qué hacer. Se tendrán episodios de mejoría, y lapsos que parece que se vuelve para atrás, en estos, dependiendo de los síntomas consultar con el terapeuta o médico que les lleve en el mismo instante que sucedan y sí ya se conocen y se sabe que no es preocupante, relajar, soltar y saber qué pasará, qué poco a poco menguaran hasta desaparecer, sabiendo que estos pueden aparecer así distanciándose en el tiempo por tiempo, años, incluso.
Sanar, no es fácil, y no siempre se puede al 100%, y más cuándo el factor edad influye, pero sí lograr lo máximo con paciencia y buena voluntad, sabiendo qué hacer y poder realizar en cada caso particular. Los conflictos de cualquier tipo no ayudan, sino qué todo lo contrario, lo entorpecen, o agravan, por eso recomendado evitarlos.
La serenidad, el amor, el agradecimiento y el medio natural, ayudan, por eso hacer ratos para acogerse a ello.
La serenidad... ser pacientes, comprensivos y tranquilos.
El amor... por uno mismo y por los qué nos acompañan en nuestro camino de vida.
El agradecimiento... agradecer todo el bien en nosotros, en las personas o seres vivos que están y nos favorecen o han favorecido mediante actitud, favores, actos, palabras, gestos, beneficios, por todo lo bueno que la vida nos ha dado, por lo qué hemos logrado, por todo lo qué lo anómalo nos ha dejado de positivo, siempre hay algo, nos presenta, nos deja ver y saber, muchas veces, algo qué de otra forma no observaríamos ni sabríamos, saliendo de un posible caos existencial.
El medio natural... bosques, parques, playa, montaña, alimentos, bebidas lo más puros y sanos posibles.
Namasté.
Amaros cómo la existencia misma, resplandecientes, cuidadosos y templados cuándo está en calma.
Por Montse Cobas.
Comentarios