La despedida final, no existe.
Siempre nos podemos volver a encontrar,
pedir desde lo más íntimo, nuestra relación con Dios, con el Cosmos...
qué sea en fantásticas condiciones, para poder disfrutar del momento,
y reconocernos, siempre desde el amor, haciendo otro mundo,
un mundo real e idealizado, para el máximo beneficio mutuo y del Universo.
Un Canal.
Por Montse Cobas.

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