Es esté tiempo de soledad interna,
el ahora,
en el cuál observamos nuestros sentimientos,
nuestras situaciones,
avances y dejado atrás,
veremos qué en determinados momentos son nuestro sustento,
pensamientos, sensaciones, emociones descontroladas,
inspirándonos a controlarlas, sin dejarnos evadir de la realidad,
aunque a veces se haga,
el pensar es libre,
las ilusiones nos llevan a lugares insospechados,
posiciones no reales, y ahí en ese espacio de soledad interna,
veremos lo real y lo qué no, hasta qué punto la mente es suelta...
afincando-nos a la verdad, y entonces nos asentamos al hoy,
y a lo qué es, no llega a ser abrupto,
es silencioso y rápido, nos despierta,
hasta tal punto que lo vemos enfocados,
es un foco qué nos abre para ir más allá,
encaminándonos o haciéndonos ver la necesidad de hacerlo,
para encontrar nuestro verdadero anhelo, necesidad existencial,
y así abrirnos a lo qué es, y será.
Por Montse Cobas.
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