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DENTRO DE NUESTRO CORAZÓN.
Esas emociones que nos recuerdan lo que existió dentro nuestro, difíciles de soltar, por cómo se vivieron, tan intrínseco, tan de todo, desbordante, indefinible, vuelven a aparecer a través de los años, en diferentes etapas, aún ya no este, sea fruto de un recuerdo de una emoción anquilosada, llevándonos más allá del pensamiento, traspasando estadios, dimensiones, capa tras capa, no sólo dentro nuestro, sino a través de lo qué no se ve, pero existe, qué nos une a todo lo demás, a los demás, aún siendo individuales, sintiendo, percibiendo siendo influenciados en mayor o menor medida del entorno, de todo lo qué nos rodea, incluso mucho, mucho más dentro de la eternidad que somos y qué es.
Viviendo estamos, en una etapa, qué el silencio interno, emocional, hace, qué recuperemos situaciones, emociones, momentos, instantes de un pasado, a veces muy de atrás, para decirnos, aún se encuentra en ti, fue tanto, qué incluso nosotros no lo podemos describir, por emociones únicas sobrepasando mucho más allá de un amor, qué no sabemos porque, ni cómo, pero se dio, se quedo, y aparece a veces, sin llamar, sobrepasa del lugar dónde se halla, muy cerca de nuestro Corazón, es la zona que se activa momentáneamente en el espacio, para decirnos, aquí, estoy, y, deberemos, superarlo, hasta qué punto superarlo, cada uno sabrá, pues sólo nosotros en nuestra experiencia intrínseca o de vida, podemos sentirlo, vivir-lo, o saberlo, aunque sea a través de un tiempo, mucho tiempo, desde el amor qué se halla en mi, y sigue, pues, quién no olvido amar, siempre lo lleva en sí, en el recuerdo, en su esencia, y se nota, de ahí la diferencia, llamativa, exacerbada, qué algunos nunca podrán entender.
Hoy, es uno de esos momentos, que me dice, no, no, no olvidaste, nunca lo hiciste, sólo lo guardaste muy dentro de ti, para poder seguir adelante, pero, no, no olvidaste, y nunca lo harás, pues es algo superior, qué está en ti, lo viviste tan extremadamente fuerte, qué es imposible.
Y me pregunto.
Qué me quiere decir, porqué resurge en estos momentos, en está dimensión que se siente, extensa, amplificada, qué todo lo suelta, qué todo lo une infinitamente, disolviendo, alineándolo a un todo exuberante de vida, vida es, vida viva, aún hayan situaciones desbordantes, qué pretenden sacarnos de un lugar seguro, para llevarnos a una completa inseguridad, pero desde luego, la seguridad está, se encuentra dentro nuestro, sí nos atrevemos a mirar dentro de nuestro Corazón, Corazón Divino que nadie podrá ocultar.
Alineados con el Amor de Dios, la existencia Divina. Dorada, desbordante, hermosa y muy gratificante, pase lo qué pase.
El Amor Verdadero alineado, siempre es divino, dentro de la Divinidad, qué en algún momento de nuestras vidas, llegara, lo sentiremos, lo viviremos en experiencia o intrínseco, y ahí, conoceremos, y,...viviremos, desde Él.
Nunca se olvida, aun qué parezca que sí. Aunque lo hayamos vivido en soledad, quizás esa amplitud difícil de olvidar, vivido o no, se recuerda...su sentir.
Es, esa sensación, qué oprime que se desborda, qué nos hace verdaderamente recordar. Sacar.
Hoy.
No sólo en el recuerdo, se vive otra vez. Y lo vive Un@, nadie lo vive, lo siente por ti, es única.
Por Montse Cobas.
A Ese Amor, al Amor qué nunca se olvida. Tal cómo lo vivimos.
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Probablemente, sea producto, del proceso de sanar, camino en el cuál estoy emergida, desde hace mucho, comprometida y en ello, tantas, qué sanar, tanto qué sanar.
¿Te comprometes?
¿Quieres?
Debes saber qué no es fácil, qué es muy costoso, y que se requiere de mucha constancia, fuerza y de mucho tiempo, y de querer, sobre todo de querer y embarcarte en ello.
Hoy os dejo con una solicitud, de amar, dejarse amar si llega el caso, abrirse al amor y vivir, tan lejos con el Corazón cómo pudierais. Y aquí.
Nos lleva.
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