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En estos tiempos qué nos toco vivir, elegidos o no, uno se puede sentir de infinidad de formas, dependiendo del alcance espiritual o trabajo interior propio, e incluso del proceso evolutivo en el cuál nos encontremos, además de nuestras propias circunstancias.
Episodios de tristeza, ansiedad, decaimiento, falta de vitalidad, de sentimientos encontrados totalmente individuales, pueden ser transitorios, pero nunca deben de ser perpetuos, las maneras para superarlo, pueden ser muchas, aquí os voy a compartir una.
Haz caso a tu necesidad en la medida de lo posible.
Si te encuentras cansado, descansa.
Si te sientes con falta de vitalidad, además de ralentizar ese día, haciendo lo qué puedas desde la calma, aliméntate de alimentos verdes o frutales, sopas qué incorporen los que te agraden, armoniza con música tranquila, siéntate, escucha, escribe, dibuja, exterioriza mediante ello, acuéstate, duerme, descansa, y siente lo que se mueve dentro de ti, escúchate y deja que fluya. Paciente y paciencia, en pura armonía qué llegara transitoriamente, ese transito te ayudara a energizarte, a comprenderte, a descansar interiormente y por lo tanto recuperarte, siendo tú, con tus situaciones, tus soluciones y el Universo que te apoya, te escucha y te ayuda, sí tú das pie a ello.
Comprende qué es totalmente normal, hay movimientos energéticos qué desconocemos y están ayudando a limpiar lo qué ya no sirve o no nos sirve, debemos ralentizar y priorizar, en base a lo que sintamos o percibamos, verdaderamente tener seguro lo que queremos hacer.
Son movimientos.
Y nunca mejor dicho, movimientos a realizar, por el todo existencial, estamos en transito de cambios, vitales, al pulso y al unísono, con el todo. Por eso podemos sentirnos perdidos, desconcertados, tristes por los descubrimientos no agradables o por las vivencias que hemos tenido que vivir, sin embargo, nunca te apegues a ello, suelta, entiende, y vive, camina por el camino de la vida más existencial, el que te aporta lo natural, viaja sí es de tu gusto e incluso más sencillo, ve a los entornos naturales, la naturaleza plena, dónde hayan agrupaciones de arboles, camina o medita y siente desde tu interior, observa la comunicación con ellos, se harán notar de formas diferentes.
El movimiento de las hojas de los arboles tras haber percibido una emoción tuya, la brisa qué se lleva ese rastro dentro de ti, emocional, bloqueado, el canto de los pájaros o de los grillos que hacen movilizar esos bloqueos interiores.
Respira por sobre todo respira, lento, profundamente y en armonía, atiéndete, mira hacia dentro, en tu interior, y ama desde ahí. Empezando por ti.
Estás vivo, estás vital.
Sé feliz, la calma desde ahí, la percepción te lo procura y te lleva a ello, instaura tu serenidad interior, tu paz Divina a la cuál perteneces.
¿La percibes?
Enciende tu Chispa Divina y entiende, qué todo es transcendental.
Por Montse Cobas.
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