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Cuando hay infelicidad en la vida de una persona, habría qué preguntarse.
Que es lo qué me está desestabilizando, qué me procura ansiedad, tristeza, humillación incluso, nerviosismo, no estar a gusto en ningún lugar, normalmente no es la propia persona culpable, o sí, cada caso es único, y no se puede generalizar. Hay qué realizar un estudio propio y profundo. Indagar.
Muchas veces son los ambientes en los cuales nos movemos totalmente inestables, que pueden hacer la vida imposible a uno, relacionarse con personas tóxicas o conflictivas, recibir malos tratos, tener demasiada carga física, no tener tiempo libre, por lo tanto primero debemos de tener en cuenta qué muchas veces no son las personas qué lo sufren sino lo relacionado con ellos.
Superar un pasado nocivo, sabiendo lo sufrido, y por lo tanto ser conscientes de las actitudes o enseñanzas aprendidas muchas veces en la niñez e incluso en la propia gestación para cambiarlas por otras positivas qué nos permitan empoderar nos y coger seguridad.
Alejarnos de las personas qué no nos tratan bien, o qué no son afines a nosotros ya qué esto segundo a la larga sino hay un completo entendimiento suele dar problemas en la relación y por lo tanto alteraciones psicológicas emocionales qué suelen acarrear a medio largo plazo problemas de salud mental y física.
Cambiar un trabajo, el lugar donde vivimos, incluso, en el cuál no nos sentimos agusto, no somos reconocidos, no nos guste lo qué hacemos en él e incluso se nos trate mal. Sino es posible, ir viendo qué se puede hacer para lograrlo, cómo ir echando currículums en los lugares donde creemos estaremos bien, o otra zona, en caso de vivienda, qué se adecue a nuestras necesidades y gustos.
Evitar gastos qué no podemos permitirnos, por ejemplo en vez de ir a cenar una vez a la semana, ir de vez en cuando cuando hayamos ahorrado para ello y en base a nuestros ingresos. El no llegar a fin de mes o no tener para los gastos totalmente necesarios puede ser angustiante.
Si queremos tener mayores ingresos ver la forma de conseguirlo sin aumentar el estrés.
Buscar una jornada qué nos permita tener tiempo libre cada día o nos permita realizar el resto de obligaciones ineludibles sin agobios.
No decidir algo qué aumente la carga física o emocional y sí se hace ser conscientes de cuánto tiempo podremos sobre llevarlo, sino abstenerse.
Reservar un tiempo para hacer deporte adecuado a nuestras circunstancias personales, cuidarnos o relacionarnos con nuestros seres queridos afines y recíprocos en comportamientos.
Nosotros podemos ser responsables con nuestro comportamiento de lo qué nos pasa, por ejemplo personas qué tratan mal a otros, qué realizan actos negativos o vandálicos qué conlleva siempre consecuencias justas con su consecuente alteración o alteraciones en la persona y en su vida, pero no siempre es así sino qué la responsabilidad recae sobre lo qué nos rodea, ya sean personas, ambientes, lugares....
Se tiende a generalizar que el problema está en la persona qué sufre ansiedad, depresión, inseguridad, etc., etc., aconsejándole la visita a un psicólogo, terapeuta, o psiquiatra, qué está bien, porque en la mayoría de casos límites, se requiere tratamiento o el consejo, apoyo o ayuda qué ellos pueden aportar, pero en los inicios de la situación si se atendiera qué es lo qué puede estar provocando dichas alteraciones, solucionando lo en el mínimo tiempo posible, no se requeriría de tratamientos farmacológicos qué quieras o no tienen efectos secundarios escondiendo el problema en sí y no pudiéndolo solucionar, hasta qué se hace consciente o se alarga de por vida por lo primero, al no descubrirlo, persiste, manteniendo a la persona en una nube y no saber realmente lo qué le ocurre a no ser qué sea descubierto en el apoyo cuándo se realiza. Teniendo el empuje, la fuerza y la decisión de poderlo hacer, qué no siempre se tiene.
Así qué cuando se sufra de dichas alteraciones deberíamos ver qué es lo qué nos ha pasado o nos está pasando qué nos desestabiliza, incluso dándonos mensajes a través de nuestro cuerpo físico en forma de malestares, dolores, o enfermedades.
No siempre somos los culpables de lo qué nos pasa, tenemos una cierta responsabilidad en el momento de qué sabemos lo qué pasa y no hacemos nada para solucionarlo, eso sí, sabiendo y entendiendo qué hay personas por formas aprendidas en la niñez, mediante un maltrato emocional o físico, se ven bloqueados ante las incertidumbres de la vida hasta qué descubren lo qué les hace reaccionar así tomando conciencia de la necesidad de romper esos patrones aprendidos muchas veces a través de imposición o castigos siendo capaces de empoderarse y decidir, saliendo de ello o solucionando lo qué les perjudica, muchas veces son víctimas de personas qué se aprovechan de su debilidad, pero eso mismo habla de dichas personas, no de quienes lo sufren cuando se sabe y entiende la verdad.
Así qué conciencia , fuerza y poder de decisión.
La vida se vive para disfrutarla, y cuánto más tiempo tranquilos o serenos estemos mejor, nuestra salud ganará y nuestra estabilidad también. Muy relacionado o totalmente con la felicidad.
Y los qué se vean en dichos casos se podrían preguntar, con interés de mejorar.
¿Qué podemos hacer para lograrlo?
Sí tienes dichos síntomas, piensa.
No siempre es fácil, lo sé, pero cuánto más tiempo pase más difícil se hace y pueden haber mayores complicaciones a la hora de dar el paso.
Mira a tu alrededor, mira en ti, en tú interior.
Esté último es tú lugar sagrado. Qué siempre has de mantenerlo a salvó para estar tú bien y qué tu vida fluya en consonancia .
Quizás a llegado el momento de descubrir y decidir cuándo te veas capaz. Pero recuerda, tú eres el único qué lo has de saber y en base a ello obrar con completa seguridad de querer hacerlo y de la necesidad de obrar justamente.
Tú. Ahí no hay errores, sólo decisiones y cambios qué has de estar seguro de afrontar.
✨🙏✨🤍✨
Reflexión del 18.9.21. 23:30.
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