Es en estos días, en está etapa, en este episodio, cómo nunca vivido, en los cuales la tristeza aflora, el cansancio abruma, el dolor distorsiona, dónde se hace más necesario mirar hacia adentro, calmar emocionalmente, armonizar nuestro ser, saber qué pasará, cuidar nuestros pensamientos, eludir los necesarios, los qué cargan y contaminan, cuidar nuestras emociones, saber las qué se hallan, entenderlas, reconocerlas, y soltarlas, no dejarlas ancladas, hoy estamos renaciendo a un mundo nuevo, el interno qué se incorpora a nosotros, conociéndonos y conociendo, todo, todo lo qué tengamos qué conocer para fluir con lo armonioso, cuándo el derrumbe parece cerca, qué se está dando, y en casos sí, pero lo importante es saberlo y no asustarse, conocer qué después de toda destrucción, toda caída viene una recuperación, sabiendo cómo inspirarlo y queriéndolo hacer, es la hora y el tiempo de vivir para existir, dentro de la propia vida misma, esa qué no se reconocía, qué no se sabía, sin embargo está ahora para reconocerla, a través del dolor, de lo habido, simplemente para soltarlo y para sanarlo, adiós a todo lo anómalo, adiós a lo penoso, adiós al adiós mismo, ya no lo hay, para un nuevo conocer ya en otra dimensión, otro sentir, otro vivir. Otra existencia.
Todo lo qué paso ayer, ya sea cercano o muy lejano, no tiene porque volver a suceder, no sucederá, porque ni el tiempo es el mismo, ni las circunstancias ni el individuo, el ser, lo es, así qué sin achicarse, la vida prevalece, ahora muy diferente, y en cada soltar en cada ver hay una cierta discordia, una cierta molestia, toda extracción duele según cada uno, según el aguante, según el porcentaje del sentir, en mayor menor medida, sí se niega, sino se reconoce, si se tiene temor por lo qué está ocurriendo, mayor resistencia, por lo tanto mayor incongruencia y sufrimiento, afloja, ve, y sana, así será en cada instante, en cada momento sentido y venidero, hasta qué se esté totalmente liberado, sanado, puro en esencia.
Es otro tiempo, otra estancia. Estamos mudando cómo la oruga a mariposa habituándose a otro ambiente, transformándose, qué suelta todo lo qué le ha incomodado, todo lo qué ya no sirve en ella, todo lo qué le aprieta o oprime ocasionándole falta de libertad, opresión y qué le impide vivir, volar cómo ella misma, alcanzando su naturaleza propia en otra zona, apareciendo más fluida, más hermosa a cada paso, sacando en cada vuelo y transformando, todo el dolor padecido en el transcurso de su nacimiento, de su transformación, llegando a lo qué es toda mariposa volando fluidamente en la montaña más resaltada, modificando... todo a su paso, casi sin dejarse ver, pero viéndose cuándo aparece por necesidad, cuándo es y toca, dejando su huella sutil imperceptible, ayudando al cambio, ese cambio qué se está dando, alivianando y purificando, sin darse ninguna importancia, sin embargo, la tiene..
Un sentir, una percepción, una definición, del cambio.
Por Alma Azul.
Comentarios