En una persona hay infinitas verdades a lo largo de su vida.
La verdad de porqué realizó algo, la de las emociones qué le determinaron a realizarlo, el conjunto de las personas inmiscuidas y lo hecho con ellas en conjunto, del cómo y para qué lo hizo, con qué intención, lo conseguido en verdad, a qué le determino... Entre otras.
Deduciéndose en número según los años vividos en plena existencia.
Quién sabe en realidad la verdad.?
Cada uno de nosotros con lo realizado propio qué aunque muchas veces no se quiera, no se pueda, o no se vea queda implantado en nuestro Ser en las memorias del alma. Todo queda.
Aún pueda ser invisible, está, observando y saliendo a la hora de sanar cuándo nos ponemos a ello viendo la total necesidad si lo qué queremos es tener bienestar y salud.
No sólo se ha de curar o descubrir lo realizado o vivido por nuestras reacciones, ya sean emocionales, pensamientos o actos, sino por lo qué podemos quedar impregnados en cuanto a las relaciones mantenidas a lo largo de todas nuestras vidas, estando, en muchos casos, sin ser conscientes, sólo vemos el resultado de su impregnación o intrusión, pero el origen sino se hace por liberar purificar de la manera idónea no se descubrirá, ni erradicara.
Es un trabajo, largo y complejo, ya qué hay qué ir trabajando y ejerciendo , saneando en todas las líneas de tiempo vividas, y eso requiere de saber, paciencia y conciencia.
Es cómo decir qué a lo largo de nuestras existencias vamos almacenando en nuestro Ser los residuos de experiencias ingratas qué reportan una determinada energía, incluso implantes energéticos qué sino son descubiertos, limpiados, desincrustados se quedan dentro de éste dando origen a malestares, enfermedades de todo tipo requiriendo su extracción y limpieza, regeneración y reconstrucción de todo lo qué es la persona en sí ganando en bienestar, deshaciéndose de memorias o patrones dañinos qué vienen del pasado ancestral y familiar.
Pero para eso hay qué saber qué esta circunstancia se da y poder acogerse a los medios oportunos para poder conseguirlo. Y tiempo, mucho tiempo, ganas y paciencia, observando mejoras, casi desde la primera terapia de sanación realizada dependiendo de las vivencias negativas, de la persona y del trabajo qué se realice en este sentido, intensidad y frecuencia. Dando origen, poco a poco, a la liberación del ser promoviendo diferentes comienzos promovidos por el presente y según se vaya erradicando y sanando.
Terapia de sanación todos requerimos.
Poniéndonos manos a la obra desde el primer momento qué lo sabemos, aunándonos al medio qué está en ese proceso por circunstancias dadas en está época a nivel energético de depuración promovido por el Sol y el propio Universo.
En ella infinitas verdades irán surgiendo, descubriendo, liberando y sanando lo qué así corresponda de necesidad para mejorar y completar nuestro estado evolutivo y de salud. Y el propio sanador sí tiene la peculiaridad de poder ver, ira observando el proceso, enigmático y sorprendente en muchos casos conforme se va avanzando en él, viéndolo en situ junto a la propia persona a sanar qué puede tener diferentes formas de percepciones en su transcurso y mejoras.
Es un cambio y ayuda para poder sobrellevar mejor todo lo qué se está dando a nivel personal y mundial.
A cada uno nos corresponde nuestras propias verdades, junto al resto armónico qué nos acompaña, realizando una sola frecuencia y acción en el campo energético y del universo qué determina un todo individual y de vivencia conjunta.
No es fácil explicarlo, pero espero en parte entendáis. El qué no lo ve y no ejerce, e incluso no sabe de ello, probablemente será difícil qué lo hagáis, pero para otros será un comienzo y abertura de conciencia promoviéndolo.
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Por Montse Cobas.
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