Las horas del reloj, están paradas,
ya no sé escucha su tic tac.
Es el momento presente tan sólo.
Se escucha el silencio tras silencio,
la esencia nuestra qué lo requiere,
para la asimilación y correspondencia de lo dado.
Tú, sólo tú y cada uno de nosotros, escuchándonos.
El latido del corazón nos dice...qué aún, estamos vivos.
Y qué no estamos solos.
Nadie.
Por Montse Cobas.
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