Recuerdos y silencios.
Recuerdo, cuándo lo hago, no suelo.
Cuándo tuve vivencias sobrepasando las barreras del pensamiento,
ese qué mueve interiormente sin quererlo.
Me agradan los buenos,
los contrarios inevitables y más cuándo no se sabe.
Y me inspiro en este instante...
Y observo.
Qué los mueve la etapa qué se vive,
en armonía o desasosiego.
Cuándo no son agradables y la emoción irrumpe,
ves qué parte de nuestra vida padecimos,
nunca mejor dicho,
pudiendo ser desolador lo qué se descubre.
Apesadumbrado más qué alegre.
Imprevisto pero intuido.
Las circunstancias, las vivencias, son las qué son,
determinadas por muchos factores.
Ante el desconcierto, el dolor, la pesadumbre, el bloqueo, se vive.
Moviéndote pero sin movimiento, ese, qué te obliga a seguir,
pero sin reflexión.
Estamos ante infinitos descubrimientos,
pero aún sabidos levemente, ahora surgen con determinación,
en ese estado profundo qué viene de nuestro interior,
guardados, sellados, y ahí van, para abrir conciencia, sacándolos.
Y no es grato,
sin embargo, es nuestro.
Es la hora de sanar, de descapuchar los sentimientos.
Nacido de nuestro ser. Enclaustrados.
Hay qué terminar de curar, y hay tanto.
Todos, unos más y otros menos,
en escala proporcional de fuerza,
Cuánto vivido en silencio sin fluir los pensamientos,
qué ahora surgen ante los resultados. Con el tiempo.
Parecía olvidado, pero cómo olvidar lo experimentado.
Y vemos qué aún queda, ya menos sobrepasado, son sus últimas esencias.
Esas qué te dicen qué paso y se vivió, diciendo un último adiós.
Un adiós indeterminado.
Por Montse Cobas.
En este proceso estamos todos.
Es hora de ser conscientes, vivir, y soltar.
Llega un nuevo amanecer.
En Paz.
Esa Paz qué sólo proviene de nosotros,
de nuestra aceptación, asimilación y belleza interior.
✨🙏✨
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