Toda vida ejerce y fructifica a través de un movimiento energético propio por muy pequeño qué sea. Teniendo una frecuencia y una vibración ejercida por su estado correlacionado con lo qué recibe de su entorno. Esto se da también en nuestras células con un resultado ambivalente y reactivo.
La cuestión es saberlo para tener el logro deseado en nosotros. O prevenirlo.
Por eso sonidos estridentes y no armoniosos, producen de igual manera en el ser y por consiguiente en la persona y entorno.
Sonidos naturales sutiles de una cierta profundidad y armoniosos logran regeneración, desbloqueos y armonía, serenidad y fluidez a medio largo plazo, dependiendo de lo existente. De ahí la importancia de todo lo qué elegimos o de todo lo qué nos rodea, porqué así cómo sea, así se habrá qué solucionar los obstáculos o alteraciones producidas, o conseguir lo beneficioso y no sólo para nosotros sino también para lo existente, cercano o lejano, en diferentes intensidades, dependiendo de la fuerza o el número de lo qué se de con mayor frecuencia en el espacio (tiempo). Y me llega la palabra subterrenal... De lo qué hay detrás de lo existente en cada vida de la tierra y no visible. Lo qué cada uno de nosotros accionamos junto a todo el conjunto qué es en este medio y la mayoría no saben, y por eso "desprotegidos"...
Muy buenos días.
Sábado de Semana Santa.
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