Vamos...
en el silencio y la serenidad qué denota la noche,
con el corazón tranquilo y en armonía,
sin dejar de percibir lo vivido, fluyendo en todo el conjunto.
Es cuándo nos damos cuenta.
Tenemos tiempo para pensar y percibir,
junto a nuestro corazón qué predispone.
Y está ahí diciéndonos.
Señalando y cómo si fuéramos él tan solo.
-Aquí ante todo estoy yo, palpito suave pero con fuerza, dentro del fluir armónico.
Estamos aquí y nos leemos, al fin y al cabo. Todos juntos... Diversos corazones.
Y en este momento no hay nada más, somos uno en el instante sentido.
Sin nada ni nadie más. Tan sólo nosotros y el sentimiento. Único y qué pronto se difumina.
Pero, vivido.
por Montse Cobas.
Comentarios