Todos somos invisibles para los demás e incluso para nosotros mismos, hasta qué nos ponemos a indagar a investigar a observar a descubrir lo qué somos junto a nuestras experiencias vivencias y emociones integradas en nuestro ser, descubriendo un intenso mundo interior subyacente pero existente, y entonces descubres.
De igual manera en cuánto al prójimo, sí somos capaces de ver en ellos, su intensidad, su padecimiento, sus obras, su estar o no estar, su vibración, el porqué sí y el porqué no. Siempre hay tanto de lo cuál no nos percatamos, al menos la mayoría.
Somos algo más de lo visible, esté sólo es una fachada.
Buenos días, ante el descubrimiento.
Día a día, minuto a minuto, etapa tras etapa, ser, sin ser.
Observantes.
Dibujo y texto de Montse Cobas.
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