Y en un momento, dónde todo lo externo parece desmoronarse, lo interno se mantiene fluido adecuándose a ello sin perder su forma, pareciere que todo lo de fuera fuera premeditado para evitar qué lo interior mantenga su buen curso. Sin embargo éste se mantendrá influyendo y adecuando, formando lo qué se ha de generar, totalmente nuevo, la nueva esencia, transmutadora, purificadora, y, limpia.
Y es el Sol, la nueva esencia, propia, nada de formada por el hombre, aunque quisiera no podrá con ello, pues, es intrínseco y por mucho qué hiciera ella tiene su forma, su composición, su propio poder qué manda. Celular, esencial.
Una mirada interna.
Por Montse Cobas.
Comentarios