Cuándo la vida nos dice, lo siento.
No lo dice con palabras, sino con hechos acciones de otros, nos pasa a todos, a veces se nos ha desviado del camino qué queríamos formar o teníamos ahí para nosotros, pero de improvisto algo paso qué dejo de estar ahí, o al menos dejamos de verlo por diversas circunstancias o sucesos, con el tiempo, un tiempo de diferente largura, qué siempre es prudencial, dependiendo de lo qué vivimos y de nosotros, vamos observando, tras diversos lo siento, hasta qué un día ese mismo trayecto nos lleva a una mayor madurez y un profundo reconocimiento consciente, y aún duele lo qué vemos o hemos aprendido, observamos qué no queda otra qué dar un salto ejecutando lo qué vemos qué hemos de realizar, tras diferentes y fuertes aprendizajes, esos qué nos ha determinado a otro enfoque, a otra necesidad, pues nuestro ser reclama un cambio o diversos cambios tras haber realizado uno extremadamente fuerte muchas veces, encontrándonos con la nueva realidad, junto a muchas. y entonces...
Queremos reaccionar, lo hacemos, obligando a salir a nuestro verdadero yo tras todo lo ocurrido o pasado qué nos han determinado a transformarnos, una transformación no exenta de dolor, dependiendo de cada uno, pues cada uno tiene su propio sendero espiritual, energético y del Ser.
Amor en nosotros y recuperación.
Hacedores.
Por Montse Cobas T.
Comentarios