Estamos en una etapa en la qué el trabajo interior, propio o por una persona qué pueda ayudar a realizarlo, es necesario, es tiempo de liberación, de liberarse de infinitas cadenas, todas energéticas, toxinas qué emiten también una vibración débil, casi imperceptible y diferente qué obstruyen el conocimiento, el dejar ir, emociones aún integradas y densas dependiendo del tiempo qué hacen lo mismo, es ir saneando, reconociendo, observando, cada capa, cada punto qué requiere de atención, de liberar, soltar, y sanear accionando la energía de Luz propia o accediendo a Ella, llevándola al lugar, a la zona, y soltar incluso en este trabajo de tiempo, cuándo llegue el momento, ese cuerpo corpóreo agazapado en nosotros y qué ya no es dentro de la propia conciencia y en su unidad, observado... cómo una muda. Una muda qué se requiere en este tiempo y forma energetica, saneando y despojándonos de lo qué no vibra en ésta.
Es, cómo ya dije, un tiempo de liberación, y en este caso hablo desde la individualidad, el individuo en sí, nuestras cargas internas desde hace tiempo, fluir con la esencia qué es y será a partir de ahora.
Por eso podemos tener momentos de todo, de fluir y no hacerlo, de sentimientos encontrados, de realidades y observaciones vistas, de ser y no ser, estar y no.
Seguimos avanzando en el proceso actual, qué nos empuja sutilmente, y no tanto, para poder lograr el despojo y la consiguiente liberación dentro de nosotros, de todo lo almacenado desde hace mucho tiempo, eones, y qué supone un obstáculo para conseguirlo.
Es el proceso, y hay qué tomarlo así.
Conscientes o inconscientemente.
por Montse Cobas.
Sanadora de energía intrínseca con la fuente de Luz. Energía Vital.
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