Cuándo debemos ver a través de las circunstancias de los sucesos, se puede hacer abrupto en un momento o situación dada, pero no es otra cosa qué saber, experiencia viva en nosotros.
En ese momento no cabe otra qué soltar y liberar, aceptar y accionar lo qué debamos en nosotros, cambios intrínsecos y no tanto, es lo qué requiere y nos requiere ese tiempo qué hemos de pasar para sintonizarnos con nuestra propia realidad, asiéndonos a lo qué debemos hacer verdaderamente, sí aún así somos capaces de verlo.
No siempre.
Además de fuerza, voluntad, sinceridad con nosotros mismos qué deberemos saber despertar y lograr.
Es en esos silencios...internos, dónde nos reconocemos y conocemos. Pudiendo estar cargados de diferentes sentimientos, emociones, sensaciones, entre ellas el dolor qué puede ser muy intenso, vista hasta qué punto podemos, qué deberemos silenciar, reconocer, sanar en calma, viendo hacia dentro y curar paso a paso dentro de esa propia observación y aceptación.
Y no es otra cosa qué el amor dentro de nosotros, esa esencia vital qué se evidencia ante todo lo qué vamos sintiendo, fluyendo y dejando ir, restaurando, restaurándonos en todos los sentidos, y es tiempo de este suceso intrínseco, muchos, dentro de características y vivencias similares, qué no iguales.
Siempre, recordar, podemos echar mano de Dios, de los Seres Angélicos, de la Divinidad, su apoyo, su bienestar y eucaristía en nosotros, qué logra evidenciar el buen propósito, sabiendo a dónde pertenecemos y porqué.
Dios en Nosotros.
Por Montse Cobas.
Namasté.
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