Cuándo el amor subyace, y has aprendido tanto a través de él, dándolo todo, también la experiencia se da, y atenúa, aprendes a discernir, y observar, aprendiendo a amar, pero por sobre todo a amarnos, sin olvidarnos de nosotros, pues ya lo hicimos, y no funciono, no recibimos por igual, sino qué se aprovecharon de ello en alevosía, no les importo lo qué sentías, ni lo qué hacías por amor por el bien del otro, por ayudarle, esperando, qué, a cambio, nada.
Y así a través de los años, nos fortalecimos, y aprendimos, vimos qué camino tomar, soltando poco a poco ese dolor tan incrustado por lo qué nos hicieron pasar, nos hicimos por no saber responder, ni qué acciones tomar, aguantar demasiado, pues cuándo eres un ser primordial, de amor, no conoces otra cosa, y aquí venimos con un cometido no exento de sentires y daños, aprendiendo a restaurarnos, avanzar y sobreponernos, no hay valentía superflua, sino la qué emerge de nuestro ser profundo qué ni tan siquiera sabíamos qué existe, pero aparece en los peores momentos, solventando abruptamente desde el amor de Dios qué esta, y por nosotros mismos, y lo tenemos en cuenta, agradeciendo.
Al final, todo tiene un propósito, y una finalidad, por sobre todo, entendimiento, y aprendizaje, aprendiendo a valorar y valorarnos, en esta ida existencial, en la cuál todo tuvo cabida, por sí no lo conocíamos, soltando y dejando atrás, sin mirar hacia lo qué se deja o dejo, no mires, suelta, fluyendo hacia lo nuevo, Dios esta con Nosotros, con quienes quieren estar con Él, ama y es amado por Él, no lo olvidemos, está junto a nosotros observando todo lo qué pasa, y reconoce, a quién ha de reconocer, dentro del reconocimiento universal, el qué te lleva dónde debas estar.
Dios en Acción, actúa.
Es, una prueba.
Entre muchas.
Y al final, sí lo hemos sabido hacer, hemos superado.
....
Estaremos, estamos dónde debemos verdaderamente estar.
Amor, en Acción.
Por Montse Cobas.
Nada, es gratuito, todo es superación.
Y, valoración.
Aprender a amar a tu opresor, cuándo no ves salida evidente, hasta qué observas, sientes, y aprendes qué la única forma, es, poder, salir de ahí.
Y sales. Observando qué durante tu camino de vuelta a ti mismo, recuperando en parte tu vida, porque todo tiene consecuencias con las qué se han de lidiar, corresponde seguir soltando en éste. Y mucho, de todo, emociones, situaciones, circunstancias, problemáticas, traumas, las repercusiones de no haber evitado, o no haber obrado antes...
Superando y aprendiendo a hacerlo, difícil, pero no imposible, nunca los hay.
La vida es un aglomerado de vivencias y circunstancias, junto a las del conjunto qué nos vamos encontrando, aprendiendo a lidiar con ellas, con el todo existente.
Aprendizaje y enseñanzas.
Dejando ver.
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Y ahora, estamos en ese proceso, últimos coletazos, de seguir con éste.
Por eso suelta, y no te extrañe, soltar lo pasado, porqué se ha de liberar, liberarse, para volver a nosotros mismos, lo qué fuimos y somos verdaderamente, no hay más.
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