Los años van pasando y han pasado ya unos cuántos,
A veces, no caemos en ello, seguimos con el mismo o parecido caminar...
Pero, ya faltan muchos, por inercia de la vida, porque cada uno cogió su camino...
Otros ya trascendieron, me acuerdo de ellos, de algunos, mucho, se les extraña.
Por, tantas, tantas situaciones, qué no paramos ni a saber la mitad.
Y en estos hemos pasado por mucho, de todo, cuánta economía, cuánto trabajo satisfecho,
con nomina o no, sin cobrar incluso, cuántos cambios y vivencias se han dado,
y cuándo llevamos unos cuántos, cuántos, años,
vemos, ya no somos los mismos, dependiendo de cada uno,
de las experiencias de vida y de existencia, qué nos han dejado huella, la del cariño,
la de la satisfacción, la del dolor, la decepción, la del conocer de todo un poco o mucho,
emocionalmente hablando.
Vemos, tras el recuerdo, qué hubieron momentos, instantes satisfactorios, qué quizás de aquellas no nos dimos cuenta, pero se dieron, pero también lo contrario, cómo ya dije antes, depende de cada uno,
y de sus elecciones, de su saber posicionarse cuándo hay qué hacerlo, poniendo limites incluso,
no sabiendo muchos, pues situaciones en la adolescencia dejaron quizás la cicatriz más profunda,
curada, sanada, pero no armonizada profundamente.... pues no es tan fácil, pero se intenta ante todo, y se logra,
es el saber y el querer hacerlo, y una vez tras otra se prosigue, orgullosa de mi gran trabajo, ayudando, atendiendo a los míos, con cariño y amor a pesar de todo, nadie debe pagar lo sufrido, aunque se pueda notar en nuestros ojos, en nuestro rostro o cuerpo.
Es, la historia de cada uno, una, qué ahora, echando una mirada atrás, cuánto vivido, y no de viajes, sino, de experiencias, de sentimientos, de faena, de labores, de atenciones hacia los demás, tanto qué me olvide de mi misma hasta hace muy poco, recordando qué sigo aquí, qué estoy viva y qué merezco después de todo, tranquilidad, la qué da la sabiduría y el conocimiento de los años, y el saber lo vivido y lo merecido, es, estar, aquí, prosiguiendo, aún por momentos se nos apaguen las fuerzas, instantes. Descansamos, y seguimos, mi cabeza a veces, intensidad y cantidad de ideas, pero, me digo, todas nos las puedo ejercer, y aquí estamos ante elecciones qué prosiguen, con sueños, anhelos, priorizándome, ya, ante todo.
Cuánto en una vida, cuánto vivido, cuánto sufrido, y cuántas veces levantándonos, sin qué nadie o pocos se den cuenta, y es qué, así funciona en cada uno de nosotros, cada uno, tiene, lo suyo, qué no es poco, sino mucho, dependiendo....
Cuánto en una vida...
El percibirla...
Por Montse Cobas T.
Saludos y bendiciones, Fuerza.
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