Y llueve, así cómo muchas almas lloran, internamente,
tras una perdida, un reconocimiento, un nuevo sentir,
ante un nuevo descubrir.
Y llueve, está lloviendo, tal cómo se siente,
en este momento, en este instante, es,
un dejar ir en la melancolía o sin ella, admitiendo,
qué todo es por qué ha de ser así.
Llueve adentro, tras el remover interno, tal cómo lo hace externamente.
La lluvia qué contrarresta, todo.
Y así, es, en éste mundo existencial, actual.
Así, cómo, todo, es.
Maravillosamente, según el momento, según lo impregnado,
según lo realizado, propio o ajeno,
llueve para sobresalir y por lo tanto disuelve, para un nuevo amanecer,
ese, qué se abre desde dentro nuestro, un nuevo resurgir,
a esta vida existencial, frecuencia, espacio.
Llueve, se vive, se siente, se armoniza, y sé prosigue.
Por Montse Cobas T.
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