Montse Cobas T.
🌷
En éste espacio... tiempo...
Ya nos habremos dado cuenta de bastante. Y nos hemos instaurado...
El desapego se hace evidente y necesario, con toma de decisiones, tras observar lo irremediable.
Es sentir muy dentro nuestro, lo qué sentimos y no dejamos qué aflorara, qué se viera, sin embargo,
guardado esta.
Es esa masa intrínseca qué los sentimientos no nombrados, ni los sucesos, se quedó, y seguimos todos, soltando, unos más y otros menos, dependiendo.
Siempre depende. De tanto.
Empezamos a reconocer y a integrar , lo pasado, ya con otra visión más amplía, y es qué los años, el tiempo, las experiencias no pasan, no suceden en balde.
Y aquí estamos todos, ante lo percibido y lo qué ahora vemos con otra conciencia.
Las victimas, en muchas ocasiones dentro de su inconsciencia de sentimientos y emociones, muy reprimidas, fuertes y dañinas, hacen daño a otros, siguiendo el proceso del daño remarcado, cómo sí eso sirviera de algo, de nada, o de poco, y lo más fuerte es qué en ocasiones por este actuar o actitud, se pierden grandes oportunidades, de recibir lo tan necesitado, y querido, deseado, desde el Alma, qué no es otra cosa qué el propio amor de otro, e incluso de reconocerse en el amor propio, nunca haciendo a otro el daño qué se sufrió, y es ahí la gran madurez, y el gran sentir, qué luego llega, con el tiempo.
El ver lo qué se perdió, muchas veces, el destino, el universo, nos pone a prueba, para ver hasta qué punto se es capaz el ser de recuperarse, superándose, amando al prójimo, y aprendiendo a amarse uno mismo.
Y entonces.
Ante esa concienciación, de lo sucedido, se perdona y nos perdonamos, viendo qué no pudo ser de otra forma ante todas las circunstancias promovidas llevándonos a otra, otras...qué dependiendo del aprendizaje, las ganas y el poder de superación plasmado por uno mismo, nos lleva a conseguir lo mejor, ya sabiendo, y descartando, viendo otros horizontes, y soltamos, soltamos, llegando lo qué plasma el desapego, y aprendiendo a seguir soltando, liberándonos, de todo lo qué nos afecto y perjudico, energías integradas a soltar, liberar, y sanar, siendo otros, y al ser otros... entonces nos encaminamos, allá dónde el espíritu nos lleve, pero ya de otra forma, más serenos con aprendizajes, muchos, y vemos, lo qué supone el desapego, el desarraigo, y la necesidad de reconocerlo, y aprender a mitigar sus efectos, internos, el corazón sufre pero a la vez se va liberando, todo nosotros.
Y, entonces..., vemos, y nos vemos, de otra manera.
El perdón subyace, apareciendo, integrándonos a otra era. Otro Ser. Otros momentos y a otro entendimiento, otra vida y experiencia desde el interior bondadoso.
Sé reconoce.
Yo, Montse Cobas, con todo el Amor qué me subyace, en éste episodio en éste instante, son tiempos de soltar y ello no es fácil, se siente, profundamente, y no penséis qué soy sólo yo, no, cada uno a su tiempo, y en su momentos, todos.
Dejando espacio, y en su espacio natural, y en su orden. Acontecido.
Recordad, es, muy individual.
Namasté.
Comentarios